Los3Sudamericanos

martes, 4 de septiembre de 2007

Capítulo 12. Los de Palacagüina

Bueno, chicos y chicas, familiares y amigos, este continua, después de un timepo abandonado, vamos a relatar las últimas aventuras de nuestros amigos. Nos quedamos en la llegada a Managua, desde donde se desplazaron a algún mercadillo a comprar los últimos regalos, a saber, camisetas sandinistas (rojos de mierda), pulsares y collares, y algún que otro imán hortera para los frigoríficos. Desde aqui partieron en dirección a Granada, ciudad colonial nicaragüense, que, para que nos vamos a engañar, es igual que las demás. De hecho, tras la ingestión de unas cervezas y la sorpresa de ser amenazados con una pistola, nuestros viajeros se decidieron por pasar unos días de asueto en la gran isla volcánica de Ometepe, en el centro del LAgo Nicaragua.



La Isla de Ometepe es bastante curiosa, pues se encuentra formada por dos volcanes inactivos y cuenta con dos núcleos de población principales: Altagracia y Moyogalpa, los cuales no se pueden ver unos a otros (esto debe ser también herencia española, que grandes cosas dejamos allí!!) De hecho, unos son sandinistas y los otros liberales, en una isla tan pequeña, esto ya es el novamás, como Villarriba y Villabajo pero sin paella ni Fairy.



Tras angustioso viaje, igualmente cansados, nuestos amigos decidieron pasar unos días de apacible relax e ingestión de cerveza nacional (aqui llamada Toña)en un lugar denominado Charco Verde, y donde, sí, había un charco, y sí, parecía ser verde.





En tan apacible lugar, nuestros viajeros pudieron descansar y recapacitar sobre el viaje, bañarse en el lago, donde a escasos metros mujeres de la isla lavaban la ropa y flamencos buscaban afanosamente su alimentación diaría, y leer y discutir mucho sobre política local. El inefable Rafa se leyó casi de un tirón el ya famoso libro de 100 HORAS CON FIDEL, pero sigue siendo fiel a su idolatrado Caracalcetín, nuestro Andrés durmió grandes y calientes siestas, y el barbas del José se jincó el solo innumerables Toñas acompañadas por la lectura del segundo viaje del Che por latinoamerica. Sin embargo, una sorpresa agradable les esperaba, y es que conocieron a unos valencianos, padre, hija y amiga (que no espiritú santo), cooperantes en el Salvador, con los que intercambiaron experiencias y comentarios sobre la región, mojando el encuentro con algún que otro cubata (aqui lo llaman Nica Libre) de ron local al envidiable precio de 1 dolar.



Desde aqui un saludo a Miguel, Mónica y Bárbara.

Poco después del celebrado encuentro, y tras el merecido descanso, nuestros amigos continuaron viaje hacía Costa Rica, aunque ese será ya otro capítulo.

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